La música del piano inunda la habitación, la melancólica melodía es uno de los pocos sonidos que podían apreciarse en aquel espacio, solamente se veía interrumpida por los ligeros golpes de las gotas de lluvia contra la ventana.

Era el ambiente perfecto para perderme en mis recuerdos, en aquellos momentos que añoro en algunas ocasiones, como está, pero que en su momento no supe valorar.

Observo el cielo tras el cristal, con la esperanza de ser acompañado por la luna. Es una lastima se encuentra oculta entre las nubes, sospecho que es una señal de que está noche, como tantas otras, deberé pasarla en soledad...

Iniciando una nueva vida...
Siendo quien siempre quise ser...

- RECUERDOS -

Han pasado tres inviernos
y aún puedo sentir tu olor en mi ropa,
como si el tiempo se hubiera negado a lavarlo.

No te amo, lo juro,
pero repito tu voz en mi cabeza
como un eco que no sabe callar.
Recuerdo el día que me tomaste la mano,
y no pienso en lo que vino después,
solo me quedo atrapada en ese instante,
como si olvidarlo fuera perderme entera.

Me torturo con tus risas,
con tus ojos que alguna vez me buscaron,
con el calor que juré eterno.
Me acuesto en la cama y dejo que la memoria me ahogue,
porque a veces duele menos
recordarte feliz
que aceptar que nunca volverás.

Tres años y aún te invito a mis sueños,
aunque sé que al despertar me dejarás sola.
Te guardo en mi mente como un altar roto,
donde cada fragmento me corta al tocarlo.
Y vuelvo. Siempre vuelvo.
Porque olvidar sería matarte…
y aún no me atrevo a hacerlo.

Imox 2030