Svemir.

Los libros dicen que antes había seres en cuya sangre existía la magia.
Dicen que aquella fue una buena era. Una dónde los zraks aún caminaban sobre la tierra, dónde las joyas y la comida abundaban.
Y dónde ellos vivían en armonía con las sacerdotisas.

Los libros también dicen que nos respetaban y que por cada niño de los suyos, había una de las nuestras para hacerle compañía, y que hasta la más pequeña de las nuestras, tenía un lugar asegurado entre las hijas de su realeza.

Pero todo terminó cuando la entfermedad comenzó a atacarlos.
O al menos eso dicen los mayores.
Ya han pasado casi dos mil años de su hibernación y los únicos vestigios de los zraks, son los santuarios en los que aun servimos.

Algunos dicen que ellos volverán algún día, que solo duermen y necesitan tiempo para recuperarse.
Pero después de tantos años, he llegado a pensar que quizás, solo quizás, todo eso no es más que un cuento para los niños.

Aideen Tanner, sacerdotisa suprema de Essex. Año 4010. Dos mil años después de la gran hibernación.

Introducción

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1: La escritora y sus personajes

Para mí hermana menor.

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2: El origen de las especies

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3: Sin colores

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4: No hay lealtad

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5: Ideales de gobierno

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6: Canto a una maldición