𝓔𝓶𝓶𝓪 𝓘𝓼𝓪𝓫𝓮𝓵𝓵𝓪 𝓓𝓮𝓵𝓪𝓬𝓸𝓾𝓻
"𝓐𝓵 𝓪𝓶𝓪𝓷𝓮𝓬𝓮𝓻"
El último encuentro había sido amargo. Habían pasado semanas desde el despertar de los Delacour y aún así, había una opresión en el pecho que no le permitía seguir con las actividades matutinas.
"¿Qué aqueja a tu corazón?" Le había preguntado cierto día su madre. Siempre habían sido cercanas, pero la distancia que sentía de todos comenzaba a ser evidente.

—No sé.— murmuró una vez dentro del bello invernadero construido especialmente por capricho de ella y su hermana gemela cuando eran niñas. Isabella se escondía en su habitación y apenas se dejaba ver en los pronunciamientos reales. No deseaba ser vista por nadie, ni nada.
Y con todo eso, su último encuentro había sido amargo. Dennis se había encargado de desaparecer de su vida. Ella no había preguntado y nadie se había atrevido a comentar algo al respecto. Antes de caer en el profundo sueño, la confusión de la pelirroja y sus sentimientos había sido inmensa. Por un momento había considerado tomarlo como un pretendiente, pero con el reciente fallecimiento de sus padres, Dennis se encerró en su propio mundo y ella no había sido capaz de penetrar en el. Le podía perdonar la distancia de entonces... ¿Pero ahora?
Se inclinó sobre un bello rosal, cuyo aroma le pareció hipnotizante.
—¿Qué tan efímera puede ser la presencia de un ser inmortal?— preguntó. Cómo si fuera a obtener una respuesta de la nada.

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