Toma J: <Un día más, la rutina es diaria, todos parecen estar muy ocupados, y yo intento solo tener una vida "normal", las marcas en mis muñecas aún son visibles, no ha pasado mucho tiempo de lo sucedido con ese cliente.
Al menos puedo salir y así poder tomar un descanso y disfrutar de la malteada antes de volver a esa tediosa rutina.
Nunca es agradable someterse a los demás para sus más bajos instintos..
¿Porqué me someto a este mundo tan pervertido? Por que es todo lo que conozco, y de alguna manera lo necesito, pero lo duro es que nunca serás digno a la vista de otros.>
*Se levantó se aquella silla para caminar con su malteada de fresa y arándanos, perdido en sus pensamientos, solo disfrutando al menos un momento antes de esperar a su próximo cliente, que aún no había estudiado si expediente para saber que le gustaría hacerle a él, solo esperaba que los golpes que le dieran no fueran a dejarlo tres meses sin poder ir a trabajar*
Feradh
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Feradh
ones, este llevaba varios vendajes improvisados.-
Oye, Tómate. Cuánto tiempo maric*, ya te creía casado, o al menos trabajando para alguien importante, parece que no aprendiste nada en el santuario donde nos criaron.
-Decia el joven con un tono sarcástico, pues este ya intuía que nadie que haya salido de dicho lugar, sería tratado para algún bien.-
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