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*Bitácora* II
AMATEUR

El volumen de la música era alto, el humo que daba ambientación dibujaba extrañas formas en el aire, iluminadas vagamente por las luces de colores que reflejaban en la esfera que pendia sobre la pista de baile. La gente parecía en trance al bailar y para ser una zona exclusiva donde la gente de clase alta iba a despilfarrar dinero entre alcohol y drogas ilegales, parecia cualquier antro promedio de Night City.

El guardia de seguridad bordeó la pista pasando junto a la barra donde la gente se aglomeraba por un vaso de whisky. Mi altura me ayudaba a no llamar la atención pero eso era en el exterior, ahí era tan pequeña que muchos voltearon a verme pensando que una adolescente había logrado entrar al "Gato Azul" sin que nadie se diera cuenta. Tire la capucha hacia adelante con la mano para ocultar mi rostro de los curiosos, chocando contra la espalda del guardia de seguridad que me guiaba dentro del antro y que en algún momento se había detenido, el ni se inmutó.

Estaba de pie frente a las escaleras que daban hacia la zona superior donde la clientela más costosa prefería tener Box's privados alejados de la gente. Otro guardia de seguridad hablaba con el, si no fuera por la música quizá hubiera escuchado algo pero solo pude ver cómo ambos volteaban a mirarme para luego mirarse entre ellos.

-Siguelo- hablo antes de ponerme una mano en la espalda y empujarme hacia el otro guardia que empezó a subir las escaleras. Era como entrar a otro mundo, si abajo la gente olía a dinero, arriba olía a vino y del caro. Ejecutivos, empresarios, managers, modelos y uno que otro actor conocido estaba ubicado en los Box's cerca de la terraza, me sentía fuera de mi hábitat.

Llevaba mi chaqueta negra, vaqueros desgastados y converse sucios por la lluvia, era como mosca en un pared blanca y podía sentir sus miradas sobre mi, juzgandome con sus trajes de diseñador y sus tacones edición limitada.

Caminamos hacia el extremo, alejados de los demás, los asientos de cuero blanco fueron reemplazados por el rojo, primera señal de cambio de estatus, la gente rica era rara para mí.

-Señor- dijo el guardia de seguridad y me detuve en silencio tras el. Su cuerpo me ocultaba que pareciera estar solo y luego de unos cuantos murmullos se hizo a un lado dejándome ver a mi cliente. Llevaba un traje gris de tres piezas, impecable, prolijo y aún con la oscuridad pude notar unos cuantos cabellos canos en su sien, estaba solo y tenia una copa sobre la pequeña mesa de cristal.

Di un paso adelante y el guardia se retiró.
-Amateur- dije comprobando su alias.

-Lightning- respondió mencionando el mío.

Extendió su mano invitandome a sentarme frente a el, lo cual hice quitándome la capucha de la cabeza y mostrando mi rostro. El levanto ambas cejas, supongo que no se esperaba a alguien tan joven.

-¿Algo de beber?- una mesera vestida en traje se acercó, las curvas de su cuerpo solo resaltaban más por la diminuta falda que llevaba puesta.

-Agua con gas, gracias- respondí y ella asintió dejándonos solos.

-Eres difícil de encontrar- Amateur se recostó en el respaldo del asiento, colocando un brazo por encima y cruzando las piernas.

-Solo trabajo con gente seria, prefiero la discreción- mantuve las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, eran mi más preciada herramienta de trabajo y quería mantenerlas ocultas.

-Trabajaste con un socio mío, tu arma sirvió como prototipo para la nueva producción en su empresa. Cuando me enteré el motivo de sus nuevos millones no podía quedarme atrás y más si eres de las pocas armadoras en crear y diseñar planos solo escuchando lo que el cliente quiere- sus lentes reflejaban las luces de colores que se lograban filtrar hasta donde nos encontrábamos, parecía relajado.

-Si pagan lo necesario siempre garantizo mis servicios- la mesera regreso con una bandeja, dejo el vaso de cristal sobre la mesa y se retiró tan rápido como vino.

-Eres costosa- murmuró.

-Soy la mejor- dije dando un sorbo, hasta el agua parecía diferente, cara, sofisticada.

-Lo se, por algo mi socio no quería decir tu nombre- metió la mano dentro de su saco y tomo su teléfono, parecía concentrado escribiendo en la pantalla. Mi bolsillo vibró, tomé el mío que tenía la pantalla iluminada.

"Tranferencia recibida"

Revise mi cuenta y las seis cifras estaban completas, no esperaba recibir el pago antes de mostrar el encargo, pero eso solo me decía una cosa, este cliente no estaba jugando.

-¿Conforme?- pregunto luego de que guarde el teléfono.

-Conforme- respondí.

-Muestrame- se inclino sobre la mesa apoyando los codos sobre sus muslos y cruzando los dedos de las manos.
Metí la mano dentro de mi chaqueta en el bolsillo oculto y saque el paquete que tenía envuelto en terciopelo negro.

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*Bitácora*
Humedad.
Para algunos era un inconveniente, cuando los parabrisas se empañan y el suelo refleja las luces de los grandes edificios como si fuera un espejo se hacia difícil caminar por la acera sin ser alcanzado por el agua de los autos al pasar.

Oigo mis pasos mezclarse entre el bullicio de la calle, tratando de pasar desapercibida entre aquellos angostos callejones con anuncios fluorescentes. La lluvia no era un problema, al menos no para mí. Oculto mi rostro con la capucha de mi chaqueta con cuidado, tocando una vez más el encargó que tenía en el bolsillo escondido dentro de ella. Saboreo mentalmente la paga que estaría en mis manos en media hora, esquivando sutilmente a un par de hombres que salian de un restaurante de comida China, el olor del cigarro es lo único que queda de ellos cuando pasan por mi costado.

"Cigarrillos"

Digo mentalmente recordando que ya no tenía ninguno, había trabajado toda la madrugada armando cada pieza y para cuando amaneció me había terminado la última cajetilla. Era veneno pero a la vez lo único que me mantenía despierta y controlaba el hambre, debía pasar por unos al volver.

-¿Nombre?- la voz ronca de un hombre que custodiaba la entrada de ese bar nocturno fue lo único que me recibió. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho lo que dejaba ver la dedicación que ponía en ejercitarse. Mi cliente quería hacer el intercambio en un punto concurrido y a la vez discreto, las reuniones privadas no eran seguras para nadie, no en esa ciudad.

-Amateur- pronuncio levantando la vista, aún oculta por la capucha, la lluvia parecía haber cesado. Me observa unos segundos y luego relaja los brazos, mira encima de mi a todos lados y luego da media vuelta para ingresar dándome una orden.

-Sigueme-