❴☡☣❵ 𝐕𝐄𝐒𝐓𝐈𝐆𝐄𝐒.
Otro día más que pasaba. El cielo estaba gris, y el único canto que se oía en las calles era el de ésas criaturas que se movían por todos lados, dando caza a cualquiera que tuviera el corazón latiendo; una voz que callar y una vida que extinguir.
No había más. Aquello inició en Raccoon City, pero terminó por todo el mundo. La luz se apagó de repente, y de las sombras emergieron bestias con una fuerza de ultratumba que devoraron todo a su paso. Incluso los buitres, que algún día fueron considerados como los segundos carroñeros más peligrosos después de los cuervos, prefirieron morir de inanición que clavarle el pico a esos cuerpos putrefactos. Porque sabían que terminarían igual a ellos, a los perros, los gatos... A todos los animales que quisieron defenderse.
Aquello ya no era seguro, ni siquiera para los depredadores naturales. El caos se había cernido sobre la Tierra, y el rugido gutural de los muertos, había sido la trompeta.
